14 de diciembre, Países Bajos.
SABOTEADOS CAMIONES DE TRANSPORTE DE VACAS.
Recibido de forma anónima por correo electrónico:
[Nota del editor: foto no relacionada]
«En la madrugada del 14 de diciembre, en los Países Bajos, visitamos un centro logístico utilizado para transportar vacas. Hay 55 lugares en el país con licencia para transportar animales de esta manera. Estos centros son los pequeños puntos débiles que permiten que se produzcan todos los demás abusos en la industria.
El tiempo era muy brumoso, lo que nos supuso una gran ventaja. Después de atravesar 40 centímetros de excrementos de vaca con zapatos que no estaban hechos para caminar sobre mierda de vaca y cortar una valla, llegamos a una zona abierta.
A nuestra derecha había un establo y a nuestra izquierda tres camiones utilizados para transportarlas. Hoy estábamos allí por los camiones. Cortamos sus frenos, pegamos las válvulas de aire de sus neumáticos y decidimos dejar algunos mensajes en los propios camiones, todo ello mientras intentábamos no alterar demasiado a las vacas por sus visitantes inesperados.
Después de media hora de travesuras, regresamos, apestando pero a salvo.
A principios de esta semana, el colectivo Ongehoord (colectivo Unheard) publicó imágenes de cinco centros logísticos. En ellas se veían palizas, electrocutaciones a una vaca inconsciente hasta 40 veces y el arrastre con una carretilla elevadora de una vaca que ya no podía moverse por sí misma. Uno de estos centros ya había sido sometido a una supuesta supervisión más estricta por parte de la NVWA (Autoridad Neerlandesa de Seguridad Alimentaria y de los Productos de Consumo) como respuesta a unas imágenes grabadas dos años atrás, lo que, por supuesto, no mejoró la situación.
Para nuestro círculo, estas cosas son perturbadoras, pero no sorprendentes, por lo que fue muy alentador ver la indignación pública cuando las imágenes aparecieron en las portadas. Los ganaderos implicados fueron condenados no solo por nosotros, sino por el público en general. Si podemos demostrar a la gente que no se puede confiar en el Estado para proteger el bienestar animal y que la industria se basa en el asesinato y el maltrato, entonces la industria está condenada».

